No he estado activo últimamente por acá, por lo que ando un tanto oxidado sobre qué escribirles.
El miércoles 28 de febrero tuvimos la presentación de Border en el cineclub, pensé desde un inicio en que al público le costaría un poco lo grotesca que llega a ser, pero esperaba también que comprendieran su sensibilidad, supongo que eso es algo que viene de las entrañas del trabajo de John Lindqvist, es escritor de la novela, quien a la vez escribió Let the Right One In, la película de apertura de la curaduría Criaturas Enamoradas. Y el resultado fue la reacción que esperaba en el sentido de que fue bizarra para prácticamente todos en la sala.
Lo extraño casi siempre resulta incómodo, y Border te lleva a tener que vivir en sus texturas y grotesquería, sin embargo, no es en la suciedad y en lo extraño de sus personajes principales en donde se encuentra lo bestial y retorcido, si no en la normatividad del ser humano. Supongo que la pregunta que lanza Border es: ¿Qué es lo que nos convierte en bestias?
Tina explora en ese sentido a través de sus auténticas sensibilidades no sólo su existencia, si no su pertenencia casi obligada a una raza que no es la suya. "No todos los humanos son malos" le dice Tina a Vore, justificando a una raza que solo le ha demostrado brutalidad y violencia a la otredad, para seguir en su cierre con "¿No querer hacer el mal me convierte en humana?". Sus cuestionamientos y dudas parten desde el existencialismo, ¿Quién soy? ¿Qué soy? y ¿Quién he creído que soy? La aceptación de esa pregunta lleva a la rabia, el dolor, la incomodidad y sobre todo a la aceptación de quien realmente es.
Border a pesar de contarnos la historia de una troll, es profundamente humana.
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